Las relaciones postales entre España y Francia tienen sus raíces en la Edad Media, en un momento en que el correo es un recurso casi exclusivo de los Reyes y que afecta principalmente a los asuntos destinados para el gobierno de los territorios bajo su dominio. Las vías de comunicación están abiertas y hay una tradición por la cual los soberanos de un territorio aceptan el libre paso de correos de otros monarcas. Esto es lo que se desprende de una carta del Rey de Francia Francisco I ,fechada el 14 de enero 1518 para los correos del Rey Carlos I de España, futuro Carlos V: “….Sé que lo haces, nos inclinamos generosamente a la petición que se hizo en nosotros por nuestros muy queridos y amado hermano y primo Rey Católico, que le concedió la primera gracia especial al efecto, se pueden sentar las posiciones de nuestro reino y los jinetes de su país de Flandes hasta España para ejecutar la diligencia en sus cartas y paquetes que se trata y se necesitarán y son necesarios para la realización de sus negocios y para pasar este día y noche por los dichos nuestros pueblos del interior ……………… de día y noche sin ser detenidos. Tal como lo haríamos con nuestra propia cuenta ...”.

Esta es la respuesta a un Tratado de 1516 entre España y los Thurn y Taxis para el mantenimiento de un itinerario de postas desde España al Flandes español a través de Francia. Siendo Felipe el Hermoso Rey de España confirmó la asignación de los puestos de dirección de las Postas a Francisco de Tassis y le ordenó aumentar su número e implantarlas en diferentes lugares tanto de Francia, España, Alemania, Güeldres, etc., para ser empleadas solo en las relaciones diplomáticas entre los Estados y no para el intercambio de correspondencia privada entre Francia y España.

El primer acuerdo postal entre Francia y España surge por Real Decreto francés de 25 de mayo de 1630, el cual permite a los correos españoles la entera disposición de pasar de España a Italia y el de Italia a España. Cinco años más tarde se inicia entre Francia y España un conflicto bélico que duró 24 años hasta la firma del Tratado de los Pirineos el 7 de noviembre 1659 que anuncia el declive del poder español en Europa al perder numerosas ciudades y territorios. Este conflicto bélico denominado la Guerra de los Segadores resultó ser un alzamiento secesionista catalán contra la monarquía española (1640-52), originado por la pretensión de Felipe IV de romper la situación institucional de los Reinos no castellanos, a lo que se negaron las Cortes catalanas de 1626 y 1632.

En 1635 Francia declaró la guerra a Felipe IV; las tropas reales penetraron en Cataluña y provocaron un descontento general. El 7 de junio de 1640 (Corpus de Sangre), grupos de segadores entraron en Barcelona y mataron al Virrey, conde de Santa Coloma. En octubre de 1640 se permitió a los navíos franceses usar los puertos catalanes y Cataluña accedió a pagar un ejército francés inicial de tres mil hombres que Francia enviaría al condado. La revuelta tomó un cariz social y propiedades de la aristocracia fueron atacadas. Pau Claris, presidente de la Generalidad, se alió a Francia (1641) y pidió ayuda militar contra las tropas reales invasoras. En enero de 1641, Cataluña se sometió voluntariamente al gobierno del Rey de Francia y la Generalidad proclama Conde de Barcelona y soberano de Cataluña al Rey Luis XIII de Francia como Luis I de Barcelona. En 1643, el ejército francés de Luis XIII conquista el Rosellón, Monzón y Lérida, aunque un año después Felipe IV recuperará Monzón y Lérida, donde el Rey juró obediencia a las leyes catalanas.

1644, barcelona a pont saint espiris

1644, 26 de agosto. Carta circulada de Barcelona a Pont Saint Espiris.

Circulada durante la Guerra de los Segadores representa una de las muy escasas referencias postales que muestran la presencia francesa en Cataluña durante la guerra. Anotación manuscrita: Catalogne.

La guerra entró en su fase terminal cuando en Francia estalló una sublevación y su ejército hubo de retirar contingentes, debilitando sus posiciones frente al avance de las tropas de la monarquía española que, dirigidas por Juan José de Austria, expulsaron a los franceses de la totalidad del territorio catalán, excepto del Rosellón. En 1652 Barcelona finalmente capituló ante Felipe IV dándose fin a este conflicto bélico.

FUENTES DOCUMENTALES:

  • -. Les Relations de la France avec L´Espagne. De 1660 a 1849. Michèle Chauvet. Brun & Fils 2002.
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