LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA CON LA REGION DE LOMBARDIA

Estratégicamente situada a la entrada de la península italiana, Milán y la circunstante región de Lombardía han sido objeto de incesantes disputas durante los siglos. Tanto celtas primero como romanos, góticos, lombardos, españoles y austríacos finalmente, todos han gobernado la ciudad en alguno de los momentos de su historia.

Al comienzo del siglo XVI, en los últimos años del dominio de la familia Sforza, el norte de Italia fue uno de los territorios contestados por las monarquías tanto española como francesa. Lombardía gozó de 14 años de aparente autonomía después de la derrota del Rey de Francia Francisco I en Pavia en 1525. Francisco Sforza dominó bajo la tutela del Emperador del Sacro Imperio Carlos V, Rey de España con el nombre de Carlos I, pero cuando Francisco murió en 1535, el Rey Carlos asumió directamente el poder, dando comienzo a los 170 años de dominio español que transformó el antiguo y orgulloso Ducado de Milán en una descuidada capital de una provincia administrada, controlada y tasada por extranjeros, periodo de no desarrollo a la vez que la ciudad fue oprimida también por una terrible epidemia de peste en 1630. En la segunda mitad del siglo XVII fue dado un nuevo vigor tanto a la vida religiosa como a la cultural de Milán gracias a las iniciativas de la familia Borromeo, en particular a Carlos y Federico.

Eugenio de Saboya ocupa Milán durante la guerra de sucesión española en nombre del emperador José I, poniendo fin al dominio de España en Lombardía; el pasaje a Austria de las tierras de Milán y de Mantua será sancionado por la paz de Utrecht (1713), la dominación austríaca transformó completamente todos los aspectos de la sociedad (económico, público, cultural, artístico, administrativo, científico) gracias a las mejorías desarrolladas por la dinastía Habsburgo. De forma mayoritaria las cubiertas de la correspondencia dirigida a la Lombardía presentan dos anotaciones de portes diferentes, uno de ellos presumiblemente aplicado en Génova y un segundo aplicado a la recepción de la carta en su destino. Al igual que mucha de la correspondencia dirigida a las diferentes Repúblicas y Estados de la Italia del siglo XVIII la moneda empleada para la aplicación de los portes es la lira y los sueldos. El valor de la lira milanesa es de 2 reales y 32 maravedíes de vellón acorde a los datos de la obra de Campomanes de 1761.