Mapa de Flandes con Felipe II
Felipe el Hermoso, mediante su matrimonio con la hija de los Reyes Católicos y futura Reina Juana I, posibilitó la vinculación de los territorios borgoñones (incluyendo a los Países Bajos) con los españoles. Con su sucesor Carlos, futuro Rey de España y Emperador, se produjo la consolidación y organización de los distintos territorios de los Países Bajos dentro de la Monarquía Hispánica. La denominación «Señor de los Países Bajos» es una forma descriptiva de designar al Soberano de los territorios de las Diecisiete Provincias, que englobaba los títulos de Duque de Brabante y Lotaringia, Limburgo, Luxemburgo y Güeldres, Conde de Flandes, Artois, Henao, Holanda, Zelanda, Namur y Zutphen, Margrave del Sacro Imperio Romano, Señor de Frisia, Malinas, y de las ciudades, pueblos y tierras de Utrech, Overijssel y Groninga.

En 1568 bajo el reinado de Felipe II, comenzó la rebelión en los Países Bajos, que daría lugar Guerra de los Ochenta Años. El 5 de enero de 1579, los católicos formaron la Unión de Arras: provincias de Artois, Hainaut, y parte de Flandes (Lille, Douai y Orchies).Los protestantes en contraposición constituyeron el 23 de enero la Unión de Utrecht: Holanda, Zelanda, Utrech, Güeldres, Groninga, y posteriormente ciudades de Brabante y Flandes.

El 26 de julio de 1581, las provincias de Brabante, Güeldres, Zutphen, Holanda, Zelanda, Frisia, Malinas y Utrecht, anularon en los Estados Generales su vinculación con el Rey de España Felipe II mediante el Acta de abjuración, y eligieron como soberano a Francisco de Anjou según lo establecido en el Tratado de Plessis les Tours del año anterior.

Antes de la muerte del Rey de España el territorio de los Países Bajos, en teoría las diecisiete provincias, no pasó a su hijo Felipe III, sino conjuntamente a su yerno Alberto y a su hija Isabel Clara Eugenia, pues fue parte de la dote junto con el Ducado de Borgoña en su boda con el archiduque Alberto por el Acta de Cesión de 6 de mayo de 1598, en un intento del Rey de resolver el problema generado por la Insurrección de los Países Bajos estableciendo una rama autóctona de los Habsburgo.

Bajo el reinado de Felipe III de 1598 a 1621 se firmaron Tratados de paz con Francia (1598) y con Inglaterra (1604) y el agotamiento por la guerra llevo a la tregua de los doce años. En la práctica los territorios del norte formaban las Provincias Unidas: Holanda, Zelanda, Utrecht, Güeldres (con Zutphen), Overijssel (con Drente), Frisia y Groninga, además de los territorios de la Generalidad (partes de Brabante, Flandes y Limburgo). Los territorios del sur bajo la soberanía de los Habsburgo, formaron los Países Bajos españoles: Flandes, Artois, Henao, Namur, Luxemburgo, Brabante, Amberes, Malinas, Limburgo. Esto se reflejó en los Estados Generales que en la parte norte se establecieron en La Haya y en la parte sur en Bruselas.

De esta manera por el Acta de Abjuración de 1581 y la Tregua de los doce años de 1609 se formaron dos entidades políticas: al norte, las Provincias Unidas y al sur los Países Bajos españoles. Con la tregua con las provincias del Norte, los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia emprendieron una política de reparación y reorganización interna, protegiendo las artes, las ciencias, así como el comercio y la agricultura, además su Edicto Perpetuo de 12 de julio de 1611 conforma el primer código legal belga. No obstante, aunque independientes los Países Bajos permanecieron dentro de la esfera de influencia española.

Bajo el reinado de Felipe IV entre 1621 y 1665 murió el archiduque Alberto en 1621 sin haber tenido descendencia, y por el Acta de Cesión de 1598, la pretendida soberanía sobre las 17 provincias (de hecho la parte sur solamente) volvió nuevamente al Rey de España y sobrino de Isabel Clara Eugenia, lo que coincidió con el final de la tregua y el comienzo de la Guerra de los Treinta Años. Finalmente, tras una guerra infructuosa, el 30 de enero de 1648, por el Tratado de Münster, España reconoció la total independencia de la República de las Provincias Unidas y el Rey eliminó de sus Títulos los de Conde de Holanda, Zelanda y Zutphen, Señor de Frisia y de las ciudades, pueblos y tierras de Utrech, Overijssel y Groninga.

Una vez acabadas las guerras entre las Provincias Unidas y los Países Bajos españoles, ambos territorios se aliaron en contra de una política expansionista del Rey de Francia Luis XIV. En la firma del Tratado de los Pirineos (1659), que finalizó la Guerra de los Treinta Años contra Francia (iniciada en 1635), se cedieron a los franceses el condado de Artois (salvo Aire y Saint-Omer) y partes de Flandes (Bourbourg, Gravelinas, Saint-Venant), Luxemburgo (Damvillers, Montmédy, Thionville) y Henao (Avesnes-sur-Helpe, Landrecies, Le Quesnoy).

Bajo el reinado de Carlos II, de 1665 a 1700, se producen las mayores pérdidas de los territorios:

  1. Con la firma el Tratado de Aquisgrán (1668), que finalizó la Guerra de Devolución (1667-1668), se perdieron las plazas fuertes del Flandes francés (Lille, Bergues, Furnes, Armentières, Courtrai, Douai, Menen, Oudenaarde, Charleroi y Binche).
  2. En el Tratado de Nimega (19 de septiembre de 1678), que finalizó la Guerra Franco-Holandesa (1672-1678) se cedieron plazas en los Países Bajos (Cassel, Bailleul, Ypres, Wervick, Warneton, Cambrai, Bouchain, Condé-sur-l'Escaut, Bavay).
  3. En la tregua de Ratisbona (15 de agosto de 1684), que interrumpió la Guerra de las Reuniones motivada por las Cámaras de reunión, se perdió Luxemburgo tras una guerra de varios meses.
  4. Por el Tratado de Rijswijk (20 de septiembre de 1697), que concluyó la Guerra de los Nueve Años, se recuperaron parte de los territorios perdidos tras los anteriores Tratados, como las plazas de Mons, Luxemburgo, Courtrai, Chimay, Charleroi, etc.; debido a que el monarca francés tenía interés en que su familia heredase todos los territorios de la corona española.

A la muerte del Rey de España Carlos II, el Rey de Francia Luis XIV proclamó a su nieto como Felipe V de acuerdo con el testamento del Rey difunto; pero su política expansiva provocó el temor en Europa y ello originó la Guerra de Sucesión Española, y gran parte de los Países Bajos fueron conquistados por las fuerzas de la Gran Alianza de La Haya a partir de la Batalla de Ramillies. Dado que el Elector de Baviera Maximiliano II había perdido sus territorios bávaros tras la Batalla de Höchstädt (1704), y el subsiguiente tratado de Ilbersheim, el Rey Luis XIV convenció a su nieto Felipe V para que cediera los Países Bajos al Elector desposeído de Baviera, lo que hizo el 22 de junio de 1711 y volvió a confirmar el 2 de enero de 1712.

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