En los agitados años que siguieron a la Revolución Francesa de 1789, por fin se autorizó a la Academia de Ciencias de Francia efectuar una urgente reforma: el establecimiento de un sistema de medidas sencillo y lógico. Urgía establecerlo para simplificar tanto el comercio internacional como el local, pues aun dentro de Francia las medidas variaban mucho de una población a otra. Un comité de sabios acordó que, para facilitar los cálculos, el nuevo sistema debía basarse en el número 10, y que la unidad básica de longitud debía equivaler a la diezmillonésima parte de una línea que atravesara París desde el Polo Norte hasta el ecuador. Se estimó que tal línea medía 10.000 km, y se llamó metro a dicha unidad básica.

Tomó ocho años completar las mediciones y los cálculos requeridos, y no fue hasta 1799 que la joven República de Francia adoptó formalmente el nuevo sistema métrico decimal de pesas y medidas. Evidentemente esto tuvo una inmediata aplicación en todos los órdenes de la vida y el correo no fue una excepción, por tanto se adaptó la tarifa de julio de 1759 a la nueva realidad métrica convirtiendo las tasas en décimas, el peso en gramos y la distancia en kilómetros. El 23 de septiembre de 1800 comenzó a aplicarse la nueva tarifa expresada en décimas a la correspondencia llegada desde España la cual se mantuvo en vigor hasta el 18 de septiembre de 1806 en que fue sustituida por un nuevo tarifario. El 18 de diciembre de 1799 se impuso en Francia el sistema decimal para el cálculo de las tasas postales: la distancia se midió en kilómetros, el peso en gramos y los portes en francos y décimas de franco. Este hecho tuvo su impacto en la tarifa de julio de 1759 y a partir del 23 de septiembre de 1800 se comenzó a aplicar a la correspondencia proveniente de España dicha tarifa basada ahora en el nuevo sistema decimal, pasando de cobrarse en soles a hacerlo en décimas de franco, con una equivalencia de 1 décima = 2 soles.

La tarifa postal de julio de 1759 se mantuvo vigente hasta el 18 de septiembre de 1806. Durante todo el período de estudio de este trabajo, las cartas que se envían a Francia desde España lo harán a porte debido y por lo tanto no presentarán ningún porte aplicado por el Correo español. Esto se deduce de la norma impuesta por el Acuerdo firmado por ambos países en 1660 por el cual el intercambio de cartas se hace sin ningún porte. Francia salió perjudicada en este acuerdo ya que en él también se incluía el tránsito a costa del correo francés de las correspondencias circuladas por vía terrestre desde España a sus posesiones en Flandes e Italia, labor por la cual España no pagaba nada a la Posta francesa, y aunque las autoridades francesas siempre trataron de buscar un acuerdo que recogiese algún pago por parte de España por dicha labor las autoridades españolas siempre lo rechazaron amparándose en el acuerdo firmado en 1660.

1802. Carta circulada de Bilbao a Nantes.

Marca de origen: BILBAO / VIZCAIA. Anotación de porte manuscrito 10 décimas, tarifa de julio de 1759 adaptada al sistema decimal para cartas sencillas procedentes de España para Nantes.

1803. Carta circulada de Bilbao a Burdeos.

Marca de origen: BILBAO / VIZCAIA. Anotación de porte manuscrito 15 décimas, tarifa de julio de 1759 adaptada al sistema decimal para cartas dobles procedentes de España para Burdeos.

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