El estudio de la Historia Postal española presenta en la actualidad, para los investigadores que centran en ella su esfuerzo y atención, una gran cantidad de lagunas, períodos de tiempo y aspectos postales que son desconocidos. A medida que se va retrocediendo en la denominada etapa prefilatélica mayores son los problemas y desafíos a los que éstos se enfrentan, debido mayoritariamente a la falta plausible de normativas que hayan llegado hasta nuestros días, y donde se puede observar claramente sobre aquellas que sí han llegado que en multitud de ocasiones fue imposible poderlas llevar a la práctica.

Principalmente ello fue motivado por unos hábitos y costumbres que venían siendo aplicados desde años anteriores, incluso siglos, prácticas a las que a pesar de ser cambiadas mediante nuevas normas y reglamentos dictados por el propio monarca, el tiempo ha demostrado que no pudieron ser aplicados ni ejecutados, como instaba la disposición y el agrado real. Un claro ejemplo de ello son los 63 años en los que permaneció en vigencia la primera tarifa postal española que se aplicó en cada uno de los Oficios de Correo que alcanzaron la categoría postal de Caxa Principal del Reino una vez el Correo se incorpora a la Corona como una Renta más a su cargo.

La primera tarifa postal conocida se publicó con el Reglamento dado por Orden Real el 2 de diciembre de 1716 , en concreto para ser aplicada en el denominado Oficio de Castilla en Madrid, el más importante de España, Caxa Central que además será fiel reflejo de los enormes problemas a que se enfrentaron sus responsables para poder llevar a la práctica el cumplimiento de dicho tarifario durante las primeras décadas de su instauración en la Caxa de Madrid.

Sirve esta introducción al apartado relativo a las Tarifas Postales Españolas para plantear el porqué de esta problemática y para ello emplearemos el estudio de las escasas fuentes bibliográficas y documentales de que se dispone junto a nuevas exposiciones realizadas por los estudiosos postales, y todo ello, además del análisis de los portes aplicados a la correspondencia con anterioridad al Reglamento Postal de diciembre de 1716. Por ello consideramos necesario realizar una retrospectiva de unos 200 años hasta comienzos del siglo XVI mediante el estudio de los importes aplicados a la correspondencia durante aquellos años, este análisis pondrá de manifiesto que dicha primera tarifa oficial no pudo ser observada, ni aplicada en sus primeros años de vigencia a partir de 1717, debido a las enormes dificultades a que se vieron expuestos los responsables de los Oficios de Correo.

Francesco de Tassis

Poco después, el Correo Mayor del Reino también proporcionaría correos a los particulares e incluso se autorizaría con posterioridad a que transportara cartas de éstos últimos pero siempre con un carácter de excepcionalidad, porque no se trataba de la actividad específica de su oficio. V A partir de 1580 comenzaron a establecerse los correos ordinarios y periódicos , denominados “estafetas”, y éste sí será un servicio público de transporte de la correspondencia con itinerarios y periodicidad fijos, un nuevo sistema que ya no adquiere los servicios de una persona (correo o mensajero) para transportar una carta, sino de un servicio por el que no era ya preciso pagar el coste del viaje y solo una determinada tarifa por cada pliego o paquete postal enviado.

Se puede decir que a lo largo de todo el siglo XVII el correo, como institución, se “especializó” transformándose en dos servicios postales diferenciados: por un lado el prestado al Rey y la más alta administración del Estado y, por otro, el correo de los particulares desarrollado a partir de las mencionadas estafetas. La familia Tassis, con el privilegio real de disfrutar del Título de Correos Mayores del Reino, promovieron el arrendamiento a personas particulares de diversos Oficios de Correo cuando éstos se iban estableciendo, al comienzo en las ciudades más importantes y posteriormente en otras de menor relieve. Estos nuevos gestores, denominados Correos Menores, que tenían plena potestad en sus Oficios de Correo fueron quienes comenzaron a implantar las estafetas y a cobrar una tasa por el envío de las cartas de los particulares.

Y es precisamente esa gestión individualizada fuera de una normativa común, junto a las tarifas aplicadas previamente a 1717 las causas que con posterioridad se generaran los graves problemas de ejecución de la primera tarifa oficial aplicada en cada una de las Caxas españolas.

1539, carta de Vogeno a Madrid

1539, 25 de agosto. Carta circulada entre Vogeno (hoy Vigevano) y Madrid.

Dirigida: Al muy magco (magnífico) señor · el señor Raymundo de Tassis correo mayor de su mat (Magestad) en corte de su mat (Magestad) Cesarea. Anotación de urgencia “Cito” manuscrita 4 veces. Anotación de control de la partida del correo: “Parte este correo de Vogeno hoy XXV (25) de agosto a hora una de noche ha de yr con toda diliga y va pagado”. Anotación de control de la llegada del correo: “Llego este correo a Madrid oy miércoles VII (7) de septiembre de 1539 a las cinco oras de la mañana”. Firma: Raymondo de Tassis. Fondo gráfico.

Recientemente nuevos aportes documentales, plasmados en nuevos trabajos postales y sumados al análisis riguroso de fondos de correspondencia circulada en los siglos XVI y XVII, han venido a arrojar luz sobre lo que se ha venido a denominar una tarifa de costumbre, unas tasas que se aplicaron a la correspondencia circulada en España sin que una normativa oficial las regulara, que a base de ir aplicándose en el tiempo terminó por convertirse en una norma, según queda expresado en 1677 por Bartolomé Leonardo de Albión, Correo Mayor del Reino de Aragón.

También queda constatado el uso de esta misma tasa por parte del Correo Mayor del Reino de Valencia, Pedro de Valda y Moya, quien unos años antes, entre 1658 y 1661, efectúa una serie de alusiones sobre el criterio seguido para el cálculo de los portes en la correspondencia que recibía en su oficio . Dicho Correo Mayor de Valencia, incide nuevamente sobre la tasa empleada para el cobro de la correspondencia, e incluso ofrece, en un memorial fechado en 1661 , el método seguido para el cálculo de aquellas cartas de un peso superior al de la carta sencilla.

Tarifa de costumbre

Estos nuevos y rigurosos estudios han llevado a la concreción de dicha tarifa de costumbre , que sin que haya una regulación común que la sustente fue aplicada de forma muy mayoritaria durante el siglo XVI al menos, y a su vez se empleó también de forma muy mayoritaria durante los dos primeros tercios del siglo XVII por parte de los Correos Mayores en los diferentes Oficios de Correo españoles.

El descubrimiento de esta tarifa, aplicada con exclusividad a la correspondencia pública, ha sido posible gracias al análisis de documentos de la época y el estudio de fondos gráficos de correspondencia, pero lo que tiene más transcendencia para la Historia Postal española es que de ella se desprende que el factor “distancia” no era entonces parte necesaria para el cálculo de la tasa a aplicar a la correspondencia que llegaba a los diversos Oficios de Correo españoles, contrariamente a lo hasta ahora interpretado, un componente que por mandato real sí fue necesario para aplicar las tarifas postales que con posterioridad se dieron en el Reglamento de diciembre de 1716 y que causo un enorme impacto y serios problemas a la hora de tarificar con corrección la correspondencia.

En el estudio de la denominada tarifa de costumbre puede observarse que la medida de peso, o quizá volumen, proporcionada en dicho tarifario es el pliego, un formato de papel que empleaba aproximadamente 435 x 315 milímetros, pudiendo incluir dentro otras fracciones, o pedazos de papel, bien para continuar el texto escrito o pudiendo también ser empleada dicha fracción para envolver la propia misiva. También cabe observar que durante el período de tiempo que va desde el último tercio del siglo XVII y los primeros años del XVIII, los portes de la correspondencia estudiada reflejarán un cambio en la costumbre general de tarificar las cartas sencillas con medio real, así como la evidencia muestra que existe un porcentaje de cartas muy minoritario tasadas con portes de menos de medio real (portes de 8, 10 y 12 maravedíes) durante el siglo XVI y los dos primeros tercios del XVII, y es en el último tercio de este siglo cuando comienza a invertirse la costumbre, manifestándose de forma mayoritaria en las cubiertas de las cartas porteos más bajos, o moderados, llegando casi a desaparecer el porte de medio real que se había venido denostando como general para la correspondencia sencilla circulada entre los Oficios de Correo en España aunque aún veremos circular cartas con este importe aplicado en sus cubiertas.

Una vez presentados, de forma general, los más recientes conocimientos sobre el desconocido período postal acaecido en los siglos XVI y XVII se hace patente la constatación de estos hechos, para ello vamos a ponerlos de relieve y profundizar mediante un análisis exhaustivo de las anotaciones de porte manuscritas en las cubiertas de los sobrescritos basándonos en varios volúmenes de correspondencia conocidos y que, en nuestro caso en particular, lo analizaremos en posteriores entradas del blog sobre aquellas correspondencias que tienen como destino el Oficio de Correo de Madrid, por ser el mejor ejemplo al tratarse del más importante de España y, además, por disponer de diversos fondos gráficos de correspondencia que tuvieron como destino la capital del Reino de España.

FUENTES DOCUMENTALES:

  • Anales de las Ordenanzas de Correos de España. Cruzada Villaamil, Gregorio. Años 1879-1890.
  • La Primera Tarifa Postal de España (Siglos XVI y XVII), David González Corchado, Año 2014.
  • Cuando la costumbre se hace norma. Período de vigencia de la primera tarifa postal de España, David González Corchado, Año 2014.

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