El enorme fondo de correspondencia atesorado en el archivo Simón Ruiz, estudiado profundamente por el Sr. Fernando Alonso García , supone en la actualidad una base documental necesaria de referencia para el conocimiento del funcionamiento del correo en el siglo XVI y las primeras décadas del XVII, gracias a sus miles de cartas con anotaciones manuscritas de porte.

Simón Ruiz Envite nace en Belorado, Burgos, en una fecha incierta, aunque algunos historiadores apuntan fue en torno al año 1525 o 1526. Su familia debía de estar vinculada al pequeño comercio de lana y productos textiles, ocupando una posición socio-económica modesta y que con 21 o 22 años ya se establece por su cuenta. En torno a 1550 Simón Ruiz busca nuevos horizontes profesionales, por ello deja las tierras burgalesas y se establece en Medina del Campo, villa que en ese momento conocía una pujante actividad mercantil. Durante la década de 1560 continúa su imparable ascenso económico. En 1572 intensifica sus relaciones con Lisboa y unos años después aumenta su vínculo comercial con Flandes. En torno a la fecha de 1576 se señala como el momento en que su carrera se consagra definitivamente. En ese año inaugura sus actividades como gran hombre de negocios, y lo hace nada menos que convirtiéndose en acreedor del Rey Felipe II.

Para terminar este breve esbozo en torno a la trayectoria profesional de Simón Ruiz , hay que llamar la atención sobre algunos aspectos de su carrera que, en cierta medida, ejemplifican el surgimiento de la banca moderna y del sistema crediticio capitalista. Por un lado, hay que resaltar su trayectoria de hombre de negocios que, partiendo de una posición social humilde, logra el ascenso merced a su inteligencia y habilidad mercantil. Por otro lado, con él asistimos a la transformación que va del mercader al banquero, es decir, del comercio con determinados productos al comercio con dinero. Esta es una evolución importante, que supera definitivamente la figura del cambista medieval y será esencial en el posterior desarrollo económico de Europa. Por último, hay que señalar su participación en la difusión de la letra de cambio y en el desarrollo y perfeccionamiento de las incipientes sociedades mercantiles.

En la década de los 80 del siglo XVI Simón Ruiz se dedicará fundamentalmente a las finanzas, aunque nunca desatiende el comercio textil. Finalmente, en 1592, con 66 o 67 años, Simón Ruiz funda con su sobrino Cosme la que sería su última sociedad, tras lo cual se retiró de la actividad comercial. Desde ese momento, y durante los últimos cinco años de su vida, se dedicó por completo a la construcción de un gigantesco Hospital que decidió levantar en las afueras de Medina. Concluimos este breve esbozo en torno a la trayectoria profesional de Simón Ruiz, llamando la atención sobre algunos aspectos de su carrera que, en cierta medida, ejemplifican el surgimiento de la banca moderna y del sistema crediticio capitalista. Por otro lado, hay que resaltar su trayectoria de hombre de negocios que, partiendo de una posición social humilde, logra el ascenso merced a su inteligencia y habilidad mercantil. Con él asistimos a la transformación que va del mercader al banquero, como previamente comentamos del comercio con determinados productos al comercio con dinero.

Por último, hay que señalar su participación en la difusión de la letra de cambio y en el desarrollo y perfeccionamiento de las incipientes sociedades mercantiles. Muchos de estos datos surgen del estudio de las correspondencias que mantuvo Simón Ruiz con diversas familias y comerciantes europeos, llegando este fondo documental a presentar comunicaciones con origen en 14 países europeos. Los datos, tanto cualitativos como cuantitativos, de este enorme legado postal arrojan un total de 56.721 cartas originales de las cuales 24.123 de ellas presentan alguna marca considerada de índole postal manuscrita en su cubierta, convirtiéndose debido a su elevado número y fechas extremas (entre 1553 y 1630), en una referencia obligada de consulta. Alonso García, en su estudio sobre este archivo , ofrece una visión general y exhaustiva sobre las anotaciones postales manuscritas en las cubiertas que hemos querido reseñar por su importancia, a saber:

  • Número de cartas totales: 56.721 cartas.
  • Con marcas manuscritas: 24.123 cartas.
  • Marcas manuscritas que impliquen coste en el porte: 21.927 cartas.
  • Marcas manuscritas que no impliquen coste en el porte: 2.600 cartas.
  •  Con solo Signo especial, Símbolo o Cortes remarcados: 308 cartas.
  • Con Signo especial, Símbolo o Cortes remarcados y otra marca: 395 cartas.
  • Por Correo Universidad: 79 cartas.
  • Con Otras marcas: 92 cartas.

El objetivo perseguido en este apartado es poner de manifiesto las anotaciones de porte en la correspondencia que desde este fondo documental tiene a Madrid como su punto de destino, tomaremos como base 2 de las tablas mostradas por el Alonso García dentro del capítulo dedicado a las tarifas. En la primera de ellas IMPORTES Y DESTINOS DEFINIDOS POR POBLACIONES , queda patente que de las 20.306 cartas con que se realiza la tabla los datos válidos corresponden a 15.364, de las cuales 1.751 tienen a Madrid como destino definido. En la segunda de las tablas: IMPORTES POR RECORRIDO TARIFAS (solo se incluyen las cartas con importes y destinos definidos) , de las 15.364 cartas seleccionaremos, para presentar exclusivamente en la siguiente tabla adjunta, aquellas que tengan como origen poblaciones pertenecientes a la geografía española y destino la capital española, un total de 1.009 cartas, denostando para este apartado aquellas otras correspondencias que tengan como punto de origen ciudades, o poblaciones, pertenecientes a países extranjeros.

Un análisis sobre las 1.009 cartas que tienen su origen en poblaciones españolas pone de manifiesto que el porte de Medio Real es ampliamente mayoritario, 741 cartas, con independencia de la distancia recorrida hasta Madrid y aplicado sobre lo que consideramos es la correspondencia sencilla.

1606, 25 de abril. Carta circulada entre Sevilla y Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: Medio Real-17-. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta sencilla circulada entre oficios postales españoles.

1606, 2 de mayo. Carta circulada entre Sevilla y Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: Medio Real-17-. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta sencilla circulada entre oficios postales españoles.

También queda patente el empleo de portes más elevados: 58 cartas de 1 Real, que según la aplicación de la tarifa de costumbre correspondería a cartas de un tamaño de 2 pliegos + alguna fracción de papel incluida dentro, junto a 6 cartas de 2 reales.

1580, 19 de mayo. Carta circulada entre Sevilla y Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: Porte Un Real 34. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta doble, de 2 pliegos + fracción, circulada entre oficios postales españoles.

1582, 3 de junio. Carta circulada entre Medina del Campo y Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: Pte Un Real-+34+. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta doble, de 2 pliegos + fracción, circulada entre oficios postales españoles. Presenta a su vez la anotación del Correo Mayor de Medina del Campo, Antonio Vera: Mande v. m. se de esta en llegando.

1583, 10 de noviembre. Carta circulada entre Sevilla y Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: deporte dos rreales. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta doble, de 4 pliegos + fracción, circulada entre oficios postales españoles.

El archivo Simón Ruiz conserva 9 cartas circuladas en el interior de 4 poblaciones diferentes, correspondencia denominada como Correo Interior presentando 7 de ellas porte manuscrito de medio real, 17 maravedíes, y otras 2 con la anotación “Porte”, sin que en éstas últimas se especifique cuantía alguna.

1580, 31 de enero. Carta circulada en Madrid.

Porte manuscrito por el remitente: medio rl. Cumple con la aplicación de la tarifa de costumbre para la carta sencilla, de 1 pliego + fracción, circulada entre oficios postales españoles.

Como conclusión sobre el análisis realizado comentaremos que en el archivo Simón Ruiz existen 15.364 sobrescritos con anotación específica de porte manuscrito en sus cubiertas y con destino definido, de las cuales 9.746 cartas circulan en el interior de España, distribuyéndose éstas entre 92 poblaciones y 38 provincias . De ellas, en el inicial estudio llevado a cabo por el Sr. Alonso García, éste selecciona 7.950 sobrescritos para formar el denominado CUADRO RESUMEN DE LARGOS, MEDIOS Y CORTOS RECORRIDOS Y NUMERO DE CARTAS POR CADA IMPORTE , donde la importancia radica precisamente en que presenta solamente portes de 8 (6,75%), de 10 (5,07%), de 12 (4,60%), 17 (78,13%), 34 (4,92%), 51 (0,16%)y 68 (0,36%) maravedíes, por ser estos los más frecuentes en su repetición y aplicación en las cubiertas de las cartas, enfrentando estos datos con distancias recorridas por las cartas, hecho con el que no estamos de acuerdo ya que consideramos, como previamente se ha explicado, que el factor “distancia” no fue una variable para el cómputo de la tasa, y el estudio de dicha última tabla mencionada no hace más que corroborar este hecho.

Del análisis realizado sobre los datos conocidos sobre el archivo Simón Ruiz podemos destacar que el porte 17 maravedíes, o medio real, que representa el 78,13% de las 7.950 cartas es la tasa mayoritaria con independencia de los kilómetros recorridos dentro de la geografía española, y 11.121 cartas si incluyéramos las que tienen su origen en Portugal, manifestándose esta misma realidad en la tabla llevada a cabo por nosotros sobre la correspondencia que tiene como destino la capital española y el origen en localidades pertenecientes a la geografía del Reino, donde el 73,44% son portes definidos de medio real.

Centrándonos exclusivamente en Madrid por los motivos expuestos con anterioridad diremos que a pesar de que el 73,44%, 741 sobrescritos de los 1.009 estudiados, son porteados con 17 maravedíes, o medio real, se pone de manifiesto que, además, fueron empleadas otras cuantías diferentes a las aportadas en la tarifa de costumbre para el pago del porte, importes de 8, 10, 12, 16, y 24 maravedíes, lo cual pone de manifiesto de que a pesar de la evidencia de una tarifa de costumbre aplicada de forma mayoritaria en los sobrescritos cuando éstos eran entregados al correo mayor de origen, hay otros factores, ajenos al volumen de los sobrescritos, que pueden influir directamente en el cálculo de las tasas.

Tampoco, por su decisiva importancia, no podemos dejar de hacer hincapié en que comienza una práctica que se prolongará durante casi dos siglos, la cual refleja de forma clara que eran los propios remitentes quienes anotaban las tasas de los portes a satisfacer por parte del destinatario en las cubiertas, donde generalmente se empleaba el ángulo inferior izquierdo para este procedimiento. Estas aplicaciones de las tasas, mayoritariamente arbitrarias a las decisiones particulares y privativas de los correos mayores y que no estaban sujetas a una normativa postal común, fueron uno de los factores fundamentales que con posterioridad afectará enormemente a los responsables de los Oficios de Correo a la hora de cumplir con la aplicación de la primera tarifa con posterioridad a enero de 1717.

FUENTES DOCUMENTALES:

-. El Correo en el Renacimiento Europeo. Estudio Postal del Archivo Simón Ruiz (1553-1630). Fernando Alonso García, Año 2004, Madrid: Fundación Albertino de Figueiredo para la Filatelia.

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