Un Decreto de 21 de junio de 1854 define la utilización de un nuevo cuño fechador, con dicha normativa se pone punto final al empleo del Timbre de Fechas de 1842, una marca que pasará a la Historia Postal de España como la primera homogénea a todas las Administraciones españolas. Madrid, como Administración de Correo Central se adelantó a esta norma y empleó el nuevo fechador, denominado comúnmente como de 1854 o Tipo I, desde el 1 de junio de 1854. Al igual que ocurrió con el Timbre de Fechas en 1842 este cambio de un cuño a otro en las Administraciones españolas se produjo de forma paulatina y progresiva, apareciendo de forma generalizada el empleo del nuevo fechador desde mediados de septiembre de 1854.
A finales de noviembre de 1854 el nuevo fechador estaba implantado de forma generalizada en las Administraciones españolas excepto en un reducido número de estafetas, algunas de ellas situadas en pequeñas poblaciones que debido seguramente a su pérdida de categoría postal no recibieron el nuevo fechador, y por tanto, siguieron empleando el ya descatalogado Timbre de Fecha para emplearlo en identificar el origen y la fecha de salida de las cartas remitidas desde ellas, por ser la única marca de que disponían, para poder cumplir con la normativa postal que las obligaba a identificar la correspondencia nacida en su estafeta. En algunos otros casos la ampliación de uso del Timbre de Fecha se pudo producir por no haber llegado el nuevo modelo o por el cambio de la estafeta a otra localidad cercana que adquiría en ese momento más importancia postal.
Por fechas extremas de uso es conocido el empleo del Timbre de Fecha en los siguientes casos:
• Hasta 1855, en las estafetas de Aguilar de Campoo, Haro, Nájera y Lanestosa.
• Hasta 1858, en las estafetas de Sigüenza y Torrelaguna.
• Hasta 1862, en la estafeta de Frías, la cual tiene el honor de ser la última donde se empleó el Timbre de Fecha cuya data extrema se produjo el 10 de enero de 1862.
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